Sabor y fusión: una anécdota que se entrelaza con un testimonio de vida de una hondureña.

Narrado por el Señor Embajador Candelario Reyes García. Del otro lado la voz que se identifica es la Sra. Ciria Posadas, ceibeña de nacimiento y con estatus de refugio desde hace nueve años y medio en Panamá. Embajador, me dice: Lo invito a un evento que tengo en mi comunidad. Quiero que nos acompañe. Le explico, -agregó- soy muy pobre, pero soy una emprendedora. Nos venimos de Honduras con dolor y sin más nada que el auxilio de Dios. Pese a mi condición de salud, hemos salido adelante como familia, con pobreza, pero vivimos y pertenezco a una comunidad organizada de emprendedores. Me agradaría que venga.

De mi parte, consulté mi agenda y vi que tenía un espacio para la mañana del dieciséis de febrero. Sí, con gusto, -le respondí- allí estaremos. A partir de las siete de la mañana, Thania Zelaya, Mónica Muñoz y Yo, del recién formado Equipo de Gestión de la Embajada, estábamos listos para partir. A las nueve de la mañana, puntualmente ya estábamos en el evento que tenía preparado en la humilde vivienda donde fuimos acogidos en el Corregimiento de San Juan, Provincia de Colón. Le expresamos el agradecimiento por la invitación y que estábamos allí por mandato de nuestra presidenta Iris Xiomara Castro Sarmiento.

Estaban igualmente invitadas varias organizaciones que la han apoyado, como ser: el Consejo Noruego para los Refugiados (CNR), La Cruz Roja, Fe y Alegría, HIAS; así como representantes de organizaciones de la comunidad, el cual le guardan gran cariño por la actitud ejemplar al desafiar la pobreza en su vida y salir adelante con su familia.

El deseo de compartir con nuestros compatriotas más necesitados, hace que la labor como Embajada nos hemos encomendado para tener un acercamiento con los hondureños radicados en Panamá.